jueves, 14 de agosto de 2014

“Princesa”
La bebé que llegó sola a Tarifa
Los rescatadores habían recogido a la pequeña de una lancha de juguete, sin padres

Esta pudiera ser “Una historia de amor, ilusión y ternura”, así lo describió el grupo de rock andaluz TRIANA en una de sus canciones.

Reportaje de: Jose Presedo - Tarifa y Jose Manuel Rivero - FTes. Andalucia                                                                          Fuente: El Pais 
La niña a la que los rescatadores llaman Princesa. / Foto: Marcos Moreno

Temblando de frio,
Su ropa empapada,
Fue este martes,

Una “Princesa” a bordo de una lancha neumática L. S. Hermes, la más pequeña y manejable de las embarcaciones que participó ese martes en las tareas de rescate.

Apenas tiene unos meses.

No llega al año de vida.

En la Punta del Santo.
El espigón de Tarifa (Cádiz) donde atracan estos días los barcos de salvamento maritimo repletos de inmigrantes subsaharianos.

Llegó junto a otros dos bebés, tres hombres y cinco mujeres, dos de ellas embarazadas.

Sus rescatadores habían recogido a la pequeña de una lancha de juguete, igual que a los demás. Pero sin sus padres.

Los compañeros de travesía así lo contaron.

La familia del bebé intentó subir sin éxito a la zodiac de juguete, cuando se produjo un confuso altercado con gendarmes marroquíes. En francés, relataron que hubo un intercambio de pedradas que empujó a los padres a dejar a la niña en la embarcación, mientras ellos se quedaban en tierra.

En la agrupación local de la Cruz Roja de Tarifa entró con fiebre (38,5 grados). Una enfermera le suministró Apiretal, un antipirético infantil, en pleno puerto.

Luego durmió en una bañera, arropada por una manta desde las once de la mañana hasta las cinco de la tarde, ni pestañeó. Tiene cinco dientes y unos ojos negros muy vivos que lo escudriñan todo. La chiquilla quedó al cuidado de María Ángeles, una voluntaria de Sevilla, de 33 años, madre de dos hijos, que nos lo contó "con los vellos de punta" y con la niña en brazos.

Mientras tanto la policía esperará a que sus padres la reclamen, su destino más probable, un centro de internamiento de extranjeros.

Durante toda la jornada pasó de regazo en regazo de las voluntarias que se negaron a bautizarla en un centro donde otros 13 pequeños corretean en medio de juguetes.

Se le conoce como Princesa.
En todo el día, apenas lloró. "Cuatro lágrimas, nada más".
Se tomó del tirón dos biberones de leche.

Este es el drama de la mayoría, mayores y pequeños, todos con un objetivo común, salir de la pobreza en busca de un futuro mejor,  Europa.  Ya sea en pateras, escondidos en los bajos de un vehículo o saltando la valla después de meses de caminos atravesando diferentes países. Lamentablemente algunos dejaran en el intento sus vidas o serán separados de sus progenitores, como es el caso de esta pequeña. Sus padres tomaron una decisión muy dura, dejarla ir, para que con hilo de esperanza, tenga una oportunidad, una posibilidad de una vida mejor en un mundo diferente.



No hay comentarios:

Publicar un comentario